martes, 24 de septiembre de 2013

Azahares en el aire y calcáreos en los pisos

No hay vuelta atrás, todo comenzó a florecer, pese a la ola de frío de los últimos días en Buenos Aires. La naturaleza es así, no espera ni pregunta. Brota, surge, se impone. Y eso es lo más lindo de todo. No hay nada que podamos hacer más que acompañarla y disfrutar lo que ofrece en cada momento. 
 
Este domingo estuvimos de vuelta paseando por el Mercado de Maschwitz. Fuimos con amigos a almorzar y a recorrer, a familiarizarnos con nuestro nuevo barrio. Después fuimos a ver la obra que ya está casi lista, y yo que sigo sin poder creer que es nuestra casa.
 
 
Hace unos meses, en una capilla de Bella Vista encontré un piso calcáreo que supera a cualquier alfombra que pueda querer una novia para entrar a la iglesia. Entonces supe qué quería para la entrada de mi futura casa.
 
 
Y comenzó la búsqueda. 
Lo primero que encontré googleando fue la página de Compañía Argentina de Pisos, donde me puse a jugar con distintas opciones de guardas y colores aprovechando el catálogo interactivo. La súper recomiendo! no fui nunca al negocio pero me fasciné con las cosas que hacen.
 
Lo que sí hice fue levantarme bien temprano un sábado a la mañana para ir a la fábrica de pisos calcáreos que hay cerca de casa, en Beccar. Es llegar y querer llevarse todos los colores que tienen expuestos. Pero no, hay que focalizar si uno piensa que la casa dura muchos años y el piso es una elección bastante definitiva (al menos en nuestro caso).
 
En la segunda visita me llevé algunas piezas para plantear un damero blanco y negro para el toilette. Así me di cuenta de que al lado del piso que elegimos para el hall y el living, no pegaba ni poniéndole ganas.   
 
 
Pero no me eché atrás y volví a la semana siguiente a buscar otra opción para nuestro mini bañito.
Siguiendo el consejo de la arquitecta, que coincidió con lo que vi después en varias revistas de decoración, opté por no querer disimular lo diminuto del baño eligiendo un color claro para el piso, como la lógica indicaría. Sino que al contrario, elegí un color oscuro para resaltar el ambiente tal como es.
 
Así di con este calcáreo azul que dejé encargado el mismo día. 
Para la foto lo ubiqué al lado de un piso del mismo color que el del hall y me terminé de convencer.
Había ido por un verde intenso pero pensé que me iba a cansar más rápido del verde que del azul, que me gusta mucho.
 
 
Ahora hay que colocarlo y ver el resultado final en pocos días.
Ya les contaré...
 
 
 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Listas

No sé si es común, pero yo conozco a varias personas que les pasa lo mismo, eso de sentir que tienen más de una vocación.
En alguna época creía que era un problema, pero descubrí que no; al contrario.

Son pocas las personas que realmente aman lo que hacen. Aunque les cueste, como a todos, lo disfrutan como pocos. La clave es qué responden a la pregunta: ¿Harías lo mismo si no te pagaran? Responden que sí. Y no entro en el debate, que por lógico no deja de ser algo conformista también, que suele comenzar con la frase: "Ah claro, ¿y de qué vivirían si no cobraran?". Es el mismo que en algunos casos mantiene a personas soportando, más que disfrutando su día a día.

Las personas que realmente disfrutan lo que hacen son las que marcan la diferencia, donde sea que estén.

A veces comparto en voz alta las cosas que me gustaría hacer, y la gente se acuerda (comete el error de escucharme, ja!), entonces pasa el tiempo y me cuentan algo sobre eso, me hacen una recomendación, algo que vieron tal vez, la experiencia de un conocido, o me preguntan en qué quedó. Y eso me encanta. Creo que tengo que empezar a hacer listas. Listas sin un hilo conductor. Y que no empiecen en enero y sean olvidadas cuando el año avanza con todo su ímpetu. Listas vivas, con tachaduras y desprolijas, bien a mano.

Acá voy:

-Quiero conocer las Cataratas del Iguazú (una de las 7 Maravillas del Mundo a la vuelta de la esquina y yo sin verlas). Esto ya lo escribí acá, ahora que pienso, pero vale porque sí.
-Visitar la Casa Azul donde vivieron Frida y Diego Rivera. Si es una tarde de sol o de lluvia intensa, mucho mejor.
-Escaparme un fin de semana con #marido a San Antonio de Areco. Llegar temprano, mateando en el camino, acomodarnos, almorzar en una pulpería, caminar, disfrutar de un buen libro y salir cámara en mano a recorrer el lugar.
-Hacer un curso de alfarería, y otro de corte y confección, otro de pintura y otro de dibujo, y ah! otro para aprender a hacer zapatos.
-Retomar mi curso de fotografía para disputar con #marido la autoría de las mejores fotos, cuando las veamos en unos años. -"Esta la saqué yo", -¡¿Qué?! (No sé si a alguien más le pasa).
-Viajar al norte argentino. Iruya, Cuesta del Obispo, Tilcara, Cachi y seguir.
-Escribir mucho más de lo que lo hago.
-Tener mi propia máquina de coser (y aprender a usarla, ¿no?). Sueño con heredar la de mi abuela Esther que está casi sin usar y viene adentro de una mesita de estilo americano que ay, la quiero. Se la regaló mi abuelo hace décadas y ella dice que la usó pero mmm yo tengo mis dudas. :)
-Tener mis cosas de pintura más a mano.
-Armar mi biblioteca.
-Tener mi escritorio ordenado.
-Trasplantar el limonero, el ficus y las plantas que sobrevivan a la mudanza y al abandono de los últimos meses (porque a ellas también las abandoné, no fue solo al blog).
-Darle tiempo y espacio a los proyectos que me revolotean en la cabeza desde hace meses y que por ahora solo son ideas...

Les dejo esta frase que encontré acá mientras pinteresteaba y me trajo de vuelta al blog a terminar este post.


Ah! les cuento que ya tengo confirmado mi libro de Casa Chaucha y estoy feliz! porque lo voy a estrenar junto con mi casa, y por haber sido parte de este proyecto colectivo. Me gusta. 

¡Happy week!


jueves, 18 de julio de 2013

Se viene el libro

¡Buen día! No me caí de la cama pero casi.

El madrugón me confirma que la mañana con su silencio es mi momento del día. Me siento despejada aunque todavía no haya salido el sol en Buenos Aires mientras escribo este post.

Cortito y al pie es sólo para contarles que Casa Chaucha está pensando en editar su libro, donde va a presentar una selección de 20 casas a las que se sumarán 5 casas que nunca se vieron en su página.

¡Me encantó la idea! me inspira y me encanta el espíritu emprendedor que la empuja. Y, como esto es contagioso, no quise dejar de traerla a mi blog.

Si mucha gente quiere su libro, lo hacen. Tan simple y colaborativo como eso.

Además me parece un ejemplo súper interesante del uso de las redes sociales para lograr convertir un proyecto individual, o de un grupo reducido, en un proyecto colectivo.

Me traje un fotograma del video que hicieron para explicar la iniciativa. ¡No dejen de verlo! Puede ir haciendo click acá


¡Que tengan un lindo día!
Julieta

martes, 9 de julio de 2013

Escalera fabulosa


Los diez y ocho escalones de la escalera que lleva a mi cuarto de la infancia, tienen en el frente estas mayólicas en relieve, de estilo español.
 
 
Las tengo vistas y bien memorizadas. Los colores, el brillo, el frío al tacto, las curvas de las M que también podrían ser elefantes dándose la espalda y las hojas entrelazadas. Tienen algo de árabes, y después de todo tiene sentido que sea así. Me gusta encontrar en la arquitectura y en el diseño rasgos de la influencia de una cultura en otra. Estas combinaciones forman nuevos estilos y costumbres, nuevas culturas al fin.
 
Y creo que este pensamiento que acabo de escribir está bastante inspirado en el hecho de que hoy, 9 de julio, en Argentina estamos celebrando el Día de la Independencia. Fue en 1816 que oficialmente dejamos de ser una colonia del Reino de España. Y casi doscientos años después, en las ciudades de Argentina uno encuentra influencia española, italiana y francesa, sobre todo, con sólo mirar hacia arriba y ver las cúpulas de los edificios, o al mirar las fachadas, o la forma en la que se fueron diagramando nuevas urbanizaciones. Esta es una de las cosas que más me gustan de Buenos Aires, donde vivo. Es la fachada pero también es la costumbre de frenar en un bar y compartir un café o hacerlo solo en compañía de un buen libro. Y los cafés de Buenos Aires merecen un post (o varios) aparte.  
 
Se me ocurrió buscar la foto de las mayólicas porque estoy pensando en nuestra propia escalera, que por ahora conduce al techo, pero que algún día desembocará en un estar cálido y luminoso con una biblioteca de pared a pared. (Sí, soñemos a lo grande que hace bien).  
 
Y así me acordé también de esta foto que hace unos años encontré googleando, -vaya uno a saber dónde- por eso no cito la fuente.
 
 
 
 
La vi y me fascinó. Me recuerdo diciendo: "algún día voy a tener una escalera así".
No sabía cuándo ni cómo iba a suceder, pero soñaba.
 
Y ahora resulta que tengo una escalera ¡y para decorar de cero! que por ahora luce así:
  
 
Fiel a mi estilo, ni bien la vi lo primero que hice fue contar los escalones.
 
¿Ya hicieron lo mismo?
 
Son diez y seis, pero creo que falta uno más que no se ve en la foto.
 
Todavía falta para pensar en los materiales, las texturas y los colores que tendrá, pero espero que la victoria me acompañe en la negociación con #marido. Hoy la haría blanca y azul, como la de la foto, porque amo esta combinación de colores. La quiero con azulejos pintados en el frente de cada escalón, para ir mirando cada noche cuando llegue la hora de dormir, como hice tantos años con las mayólicas de la infancia, camino a mi cuarto.

Besos 
 

viernes, 28 de junio de 2013

Al campo

Lana en el sweater, en la bufanda y en los guantes. Piel en las pantuflas y en el cuello del abrigo. Leña en la chimenea y en la parrilla. Café caliente, tostadas que crujen untadas con manteca y dulce de naranja casero. Charlas alrededor del fuego y mates hasta reverdecer. Fin de semana largo invernal, qué bien me caés (volvé cuando quieras).

Con #marido fuimos al campo con amigos a los que queremos mucho. Y salimos a turistear al pueblo cámara en mano...




 


Espero que también lo hayan disfrutado. A mí me vino muy bien dejar atrás la ciudad y sus estímulos por unos días. Entre otras cosas el viaje me sirvió para recordar que el campo argentino llega hasta donde la mirada pueda ver.

¡Nos vemos en estos días!

lunes, 10 de junio de 2013

En construcción

Este fin de semana estuvimos recorriendo Expo Batimat con #marido, con la consigna de sacarnos dudas acerca de qué caldera hay que comprar, y otras cuestiones de ese estilo que son tan pero tan divertidas... 
 
Lo del plural es una forma de decir, debo admitir. En realidad las dudas las tenía él porque yo no tengo ni la idea más pálida como para tomar una decisión al respecto. Lo intento pero no hay con qué darle, me aburro y siempre termino hablando del piso calcáreo, del color de la pared y de las lámparas que quiero poner en la cocina, en ese orden.
 
Caminamos mucho, preguntamos cosas, frenamos por un cafecito con un alfajor y entonces me volvió el alma al cuerpo para seguir recolectando folletos.
 
Durante la caminata me di el gusto de parar dos minutos, uno en el stand de la revista Summa+ y otro en el de Plot. Acá pueden ver fotos de este stand ¡mejor sacadas que la mía! con el stand ordenado y sin tanta gente.
 

Me encantaron los banquitos de madera maciza. Son de Net que en su página tiene cosas como esta biblioteca que quiero.
 

O esta mesita estilo años '50
 

La primera definición que ofrece la Real Academia Española para el verbo construir dice que es  fabricar, edificar, hacer de nueva planta una obra de arquitectura o ingeniería, un monumento o en general cualquier obra pública.

Otra con más poesía dice que es ordenar las palabras o unirlas entre sí con arreglo a las leyes de la gramática.
 
De soñar no dice nada, aunque creo que deberían agregarlo. Después de todo, construir, proyectar los espacios que uno va a habitar pensando en cómo le gusta vivir, tiene mucho que ver con eso.
 
Y el piso calcáreo, el color de la pared y las lámparas de la cocina también, aunque también se necesite una caldera para entibiar el invierno.

 


domingo, 2 de junio de 2013

Mi mesa imperfecta

Sabía que estaban, no tenía muy claro dónde pero... ¡las encontré! Acá están las fotos que saqué del paso a paso cuando patiné la mesa de apoyo que tenemos en el living.

Me la regaló mi hermana Lu y enseguida le encontramos un lugar al lado de la ventana. Fue ya hace un tiempo, meses después de que nos casamos.

No sé cómo habrá sido la de ustedes, pero en nuestra primera mudanza hubo pocos muebles. Se contaban con los dedos de una mano: cama, mesas de luz, juego de comedor y pará de contar. Después fueron llegando de a poco, los encontramos en Mercado Libre, en una ruta, en el Mercado de Pulgas de Dorrego, en una fábrica que encontró #marido googleando, y así fuimos armando los ambientes de nuestra primera casa.
  
La mesa es de madera muy sencilla. Es más, creo que la tapa es aglomerado, pero a mí me gusta mucho. Una vez me preguntaron si la habíamos comprado en el Mercado de las Pulgas y ahí mi ego hizo fiummm para arriba, pero dije la verdad.

Al principio la dejé en crudo, como venía, al lado del sillón. Pero sabía que era temporario, y un día puse manos a la obra.

Pura improvisación

Para la base usé un acrílico/convertidor blanco, porque era lo que tenía en casa. Para darle color usé un barniz al agua "verde cromo pálido" porque no sabía bien con qué tenía que pintarla, y seguí la recomendación de la vendedora que me atendió ese día cuando fui a preguntar. Cuando lo estaba haciendo me di cuenta de que debería haber usado acrílico u otra pintura para cubrir el blanco, porque el barniz lo dejaba translucir y mi idea original había sido tapar el color de base.





Hasta acá me había quedado un verde agua que no me convencía, así que decidí darle otra mano y quedó así, demasiado verde para mi gusto.
 
 
Entonces salió el betún de judea a la cancha, para añejarla un poco, pero antes también le pasé una lija fina para ir gastando los bordes.

 
Y así fue que quedó nuestra mesita imperfecta.
 
No tenía mucha idea, pero lo logré.
 
El año pasado nos mudamos al departamento donde vivimos ahora. Es muy luminoso y la mesa también está al lado de la ventana. El sol fue haciendo lo suyo, gastando el color, y el efecto hace que me guste más que al principio. Es notoria la diferencia entre la tapa y las patas que no reciben la luz con la misma intensidad.
 
Espero que les haya gustado este paso a paso.
 
Besos y buena semana.
Juli

domingo, 26 de mayo de 2013

25 de Mayo: familia, carbonada y pastelitos

Antes de que den las 12 y el fin de semana se despida, va mi post patriótico-culinario.

Cada vez me convenzo más de que los momentos que perduran son los que se comparten.
En casa lo tenemos bastante presente. Nos gusta encontrarnos, compartir la mesa, estar juntos. Cuando sucede solemos hablar todos al mismo tiempo y encontrarnos de repente todos en un mismo ambiente, que por lo general es la cocina chorizo de la casa de mis padres. No nos importa sentarnos en el piso o en la mesada, tomar mate parados o charlar "en doble fila" como si fuera el cine.
Por momentos puede ser agotador, pero es genuino. No nos cuesta compartir el día a día. No esperamos a los "grandes acontecimientos" para encontrarnos.

Para festejar el 25 de Mayo, otra vez hubo una rica carbonada con el inconfundible sabor de lo casero que siempre valoro, pero sobre todo en las recetas de esta época cuando ya hace frío.

En una explicación muy breve -y poco experta, aclaro- la carbonada se prepara como un guiso al que se le agrega el corazón de una calabaza a la que se le corta la parte de arriba y queda vacía como una caja. Después de cocinarlo se vuelca en la calabaza y se sirve así en la mesa. Es una comida tradicional argentina, que remite a la época colonial. En casa la preparan mamá y papá en tándem.

De postre: flan con dulce de leche. Y, por si nos quedábamos con hambre... a la tarde pastelitos con dulce de membrillo y azúcar impalpable, acompañados de unos buenos mates, por supuesto.

Acá tienen la foto. Noten los colores patrios en las servilletas por favor.


 
 
Me traje unos para casa y los acomodé en esta mesita que patiné hace mucho.

Este 25 de Mayo me hizo pensar en varias cosas y me cuesta guardármelas.

  • Espero que hayan tenido un feliz día de la Patria.
  • Y también espero que no haya sido un día más.
  • O al menos espero que se hayan detenido un momento a pensar en los orígenes de nuestra Nación, y en los ideales que llevaron a quienes se animaron a soñar con un Gobierno argentino, cuando parecía una utopía.
  • Y sobre todo espero que no se olviden nunca de comprometerse, desde donde sea, a construir el futuro que cada uno sueña para la Argentina.
¡Feliz día de la Patria!





viernes, 17 de mayo de 2013

Cuánto te esperé

A veces la rutina hace que todos los días se parezcan demasiado.
Es loco que hoy, que es viernes, me cueste recordar con exactitud qué hice el martes además de lo obvio, trabajar de tal hora a tal hora.
 
El fin de semana me gusta que sea un espacio para lo que no está previsto. No me gusta apurarme ni que me apuren. No me gusta mirar la pantalla del teléfono, aunque lo hago. Esos días me niego a hacer cosas que no tenga ganas de hacer. Me vuelvo "gánica", aunque sé que esa palabra no existe, acá aplica. Y es que no hago el menor esfuerzo porque lleguen las ganas que no tengo. 
Me gusta desayunar con tiempo, leer el diario, salir al sol, caminar, encontrarme con mi familia. Quiero escribir, leer, hacer cosas de la casa, quiero pintar y no pinto, poner en orden mis cuadernos que siguen en el mismo lugar que cuando nos mudamos a este departamento hace más de un año, ir al cine y conocer un lugar nuevo también.
 
Claro está que no llego a hacer todo, pero trato de disfrutar lo que elijo hacer, aunque a veces sea justamente no hacer nada más que estar en casa todo el día, cocinar algo rico y ver una película tapada con una manta en el sillón.
 

 
Hoy encontré esta foto de un fin de semana del año pasado. Estaba archivada en una carpeta entre mis cosas del trabajo.
 
Medialunas calentitas de enfrente, untadas con queso y mermelada de ciruelas. Café recién hecho, servido en taza grande, para tomar con tiempo.
 
Estaba en la oficina cuando la vi. Pensé en una tarde de domingo en casa y me inspiró a escribir este post.
 
Espero que a ustedes les pase lo mismo al verla y que este fin de semana, que ya está acá, sea de esos que dejan momentos para atesorar.
 
Besos,
Julieta
 

domingo, 12 de mayo de 2013

Viaje a un cuento

¡Hola! ayer mostré un adelanto del recorrido que hicimos este fin de semana por el Mercado de Maschwitz. El lugar parece salido de un cuento. Me hizo acordar al centro comercial de Cariló y también a los conventillos de la Boca, pero tiene su impronta y la ventaja de que no es tan conocido, al menos por ahora.  
Donde se mire se encuentran materiales de demolición reutilizados, en muchos casos, para darles un uso diferente al que motivó su origen. La clave parece ser la mezcla. Hierro, madera, mosaicos, cemento, ladrillos, chapa y adoquines, lo hacen ver como si tuviera décadas, pero sólo tiene dos años, según nos contó la moza que nos atendió.   
Ideal para almorzar el fin de semana, perderse entre las antigüedades o tomar un rico cafecito al sol. Y para sacar fotos, por supuesto.
 
Espero que les gusten. 
 
 Pizarra del restaurant de comida vegetariana.
 
 
 
El ficus tapa una fila de butacas de cine, de cuero color suela para suspirar.
 
Una tulipa desorientada...


 
 
 ...y otra más, como buscando la luz del sol.
 
 Mosaicos calcáreos hay por doquier aunque sólo le saqué a los de este pasillito en damero blanco y negro. Me gusta cómo están colocados.
 
Balconcito de hierro labrado, estilo francés, en una pared revestida en chapa.
 
 
 
 
 
 
 
  
 
 
 
 Aberturas de pinotea escoltadas por dos helechos, antiguas columnas de hierro, revestimiento de madera para las paredes y vidrio repartido en las ventanas de... la verdulería. ¿Pueden creer? Lástima la camiseta de Boca del señor que compraba, pero bueno. Todo no se puede : )
 
Buena semana.
 
Julieta
 

sábado, 11 de mayo de 2013

Adelanto: Viaje a un cuento

¡Hola! acá estoy de vuelta. Antes que nada muchas gracias a todos los que pasaron por el blog en los últimos días, y a las que dejaron lindos mensajes : )
Ya comenté por alguna parte que esto para mí es un hobby nuevo, y me divierto pensando sobre qué voy a escribir. También me encanta ver las cosas que hacen ustedes, voy saltando de un blog a otro, descubriendo que me gustan muchos de distintas partes del mundo. Y esa es una de las cosas que más me gustan de la blogósfera. Todos estamos cerca si queremos.
Acá les dejo un adelanto de mi próxima publicación.
Las fotos son de esta tarde que -aunque estamos en otoño- fue primaveral.
Un beso, Juli
 
 
 

viernes, 3 de mayo de 2013

De par en par

Este fin de semana, que todavía promete más lluvia en Buenos Aires, hay un buen programa para hacer. Mañana arranca la segunda edición de Puertas Abiertas, un recorrido por los talleres de los artistas del Alto de San Isidro.

Esta iniciativa empezó por el Bajo, un reducto reconocido de artistas del hierro, la madera y la pintura, entre otras especialidades, y el año pasado subió para sumar a los artistas del Alto.

Creo que voy a ir a chusmear. Si me da fiaca arrancar todavía tengo el otro fin de semana. La única vez que fui a la del Bajo volví encantada. Es muy loco porque uno toca timbre y entra literalmente a la casa de los artistas que abren la puerta como si uno fuera un conocido, y dejan al visitante recorrer su taller, el living, el jardín y hasta el piso de arriba de la casa, en muchos casos solo.

Hay apertura en serio. Y confianza. Como en los viejos tiempos.


Artistas, recorridos, horarios, agenda y varios en Puertas Abiertas 2013

miércoles, 1 de mayo de 2013

Una linda sorpresa

A veces uno dice ¡qué sorpresa!, así con énfasis, cuando en realidad esperaba recibir un regalo, una noticia, o incluso cuando le cuentan algo que en realidad ya sabía. Son esas convenciones sociales que rigen cómo reaccionar en determinadas situaciones.
Bueno, este no es ninguno de esos casos y digo ¡QUÉ SORPRESA! todo con mayúscula porque de verdad lo es.

Cuando me enteré, volvía del trabajo pensando en que tenía (y aún tengo) varios borradores que no terminan de tomar la forma de un post, y que ya pasó más de una semana desde la última vez que publiqué en el blog. Creo que este debe ser un pensamiento recurrente entre quienes forman el microcosmos de bloggers aficionados.

Digamos que trato de escribir una vez por semana, que no es poco teniendo en cuenta que al blog le dedico mis ratos libres, y que últimamente estos no abundan. Por eso aprovecho hoy, que en varios países del mundo se celebra el Día del Trabajador con un bien merecido feriado, para dedicarme a esta tarea.

No me quejo. De día soy una chica corporativa que camina por las peatonales del microcentro porteño mirando hacia arriba pensando en todo lo que quiere ver, escribir y hacer. En el trabajo escribo bastante, es cierto, pero les aseguro que es sobre otros temas que no tienen nada que ver con la decoración, el diseño, el arte ni la literatura.

Y acá estoy, la que no tenía ningún post terminado, ¡ahora tiene un regalo para compartir!
Resulta que Más que mil palabras, el blog de una española inquieta que vive en Inglaterra, me eligió para darme el One Lovely Blog Award. Digamos que fue ella la que me eligió y no su blog ja!
¡Gracias por tu generosidad!
 



Ella recibió esta mención y tenía que cumplir con la consigna de entregársela a 11 blogs que le gustaran y que tuvieran menos de 200 seguidores. Y ahí estaba yo, firme candidata con mi contador de seguidores en 0. Pero esto lo hago porque me gusta y por el momento me alcanza.

Ahora cumplo con la consigna del premiado (feliz):
  1. Nombrar a quien otorga el premio y agradecérselo.
  2. Contestar unas preguntas.
  3. Conceder el premio a 11 blogs sin devolverlo a quien lo otorga. 
  4. Seguir el blog que te otorga el premio.
  5. Informar a los blogs premiados.
  6. Otorgar el premio a blogs con menos de 200 seguidores.  
Y las preguntas son las siguientes:

¿Qué te llevó a comenzar tu blog?

Me encanta escribir y el blog es una excusa para hacerlo con frecuencia. Lo abrí en 2008 pero hace dos meses empecé a darle forma y a dedicarle tiempo. Con el blog siento algo parecido a lo que sentía cuando era chica y me regalaban un juguete que me encantaba. No veía la hora de volver a casa para ponerme a jugar.

¿Qué te aporta tener un blog?

Inspiración y aire para crear.

¿Dónde encuentras tu inspiración?

En las cosas hechas con amor + conocimiento + dedicación. Eso no falla.

¿Planificas con mucha antelación los contenidos que vas a publicar?

No tanto. Tengo varios borradores con ideas que no quiero que se me escapen. Pero creo que un blog entra primero por los ojos, por eso son tan importantes las imágenes. Como no siempre las tengo, eso me condiciona un poco.

¿Tienes alguna nueva idea para tu blog?

Tengo que diseñar el encabezado y el nombre urgente! eso no puede esperar mucho más. Tengo unas ideas para eso dando vueltas, que tengo que concretar.

¿Cuánto tiempo le dedicas a tu blog?

Menos de lo que quisiera. Aprovecho los fines de semana y de lunes a viernes le robo algunas horas al sueño y me quedo por acá.

¿Cuál es tu mejor momento del día para crear?

La mañana temprano y la noche antes de dormir.

¿Qué lugar del mundo te gustaría conocer?

El Tíbet.
Más cerca de casa me encantaría conocer las Cataratas del Iguazú -la octava maravilla del mundo- en la provincia argentina de Misiones, y el Glaciar Perito Moreno, en Santa Cruz.

¿Pasatiempo?

Escribir, pintar, leer, sacar fotos y compartir unos mates con #marido. Si son viajando en la ruta justo cuando va cayendo el sol, mucho mejor.
 

domingo, 21 de abril de 2013

Mi primer desafío bla-d!

Porque hay una regla básica cuando uno escribe que consiste en no romper el pacto implícito con el lector, de que más adelante encontrará lo prometido en un título o en un párrafo, acá van las fotos de mi primer desafío bla-d!

En marzo tuve la intención de participar -y lo anticipé en este post- pero lo pospuse hasta darme cuenta de que se había ido el último rayo de sol antes de que venciera el plazo para subir las fotos que no había sacado.

Esta vez preferí no adelantarme y me aboqué a hacer las fotos primero.

Para la consigna de abril, Textiles & Texturas, fui probando distintas opciones hasta que elegí la que les presento acá.

El resultado es un conjunto de texturas tal vez más visuales que táctiles, pero me gustó mucho cómo quedó. 

Acá va mi foto!
Plano cenital de la composición armada en pleno living, ante la mirada absorta (y paciente) de #marido.
 
 
Y seguí con una serie...
 
 
 
 
 




 
Espero que les guste y suerte a todas las que se animaron.
Buena semana.

domingo, 14 de abril de 2013

Un color con carácter

Para empezar con pilas la semana,  elegí compartir el turquesa intenso que eligieron Gon y Ro para la pared de su living.

¡Lejos de mí querer emular a Casa Chaucha! que es inimitable y pura inspiración, pero es que desde que empecé con el blog me detengo más en las cosas que estimulan mis sentidos. Y esta es una de ellas.

Los chicos hicieron una remodelación en su casita de una planta que está rodeada por un inmenso jardín lleno de verde, y escoltada de cerca por un alcanfor, en las afueras de Buenos Aires.

Resulta que tenían la cocina integrada al comedor y el living, y decidieron hacer una división con placas de yeso en forma de L para cerrar la cocina. La pared no llega hasta el techo, que es bastante alto, pero claramente sirvió para separar visualmente los ambientes que ahora parecen más grandes, y para optimizar el espacio.

La misma cantidad de metros cuadrados, pero sensación de mayor amplitud y la casa más ordenada. Sin duda acertaron.

Pero volviendo a lo que me llama a escribir este post, el color que eligieron para la pared del living que da a los cuartos les quedó increíble. Es un preparado que le hace honor a su nombre, Mar Caribe, y que es puro carácter.

Energiza, alegra, atrae y calma.   


Las fotos las saqué con el teléfono de #marido. Me hubiera gustado usar luz de relleno, pero no contaba con nada a mano un domingo familiar por la tarde, con toda la fiaca que ese momento trae aparejado. Y tampoco quería perderme los mates en familia en el jardín. Y como esto es un hobby -al menos por ahora, ja!-, la única luz que ilumina es la del sol entrando por la puerta abierta de par en par. No hace falta que les cuente de qué lado ¿no?

 
El nuevo color hace que, por contraste, la madera de los muebles antiguos se destaque mucho más.
Así fue como me detuve en el detalle de este sillón de estilo Luis XV que había visto muchas veces antes, pero sin verlo.  
 
 
Notas al pie: si el estilo del sillón no es Luis XV me avisan por favor así aprendo.
Una de las mejores cosas de todo esto es que el cambio lo hicieron los dueños de casa, lija y brocha en mano. 
La beba de la foto ya dejó de serlo, ahora camina, habla y canta, y todos felices :).

¡Buenas semana de 5 días hábiles!

Los que viven en Argentina saben de lo que hablo. Oh my God, allá vamos.