jueves, 18 de julio de 2013

Se viene el libro

¡Buen día! No me caí de la cama pero casi.

El madrugón me confirma que la mañana con su silencio es mi momento del día. Me siento despejada aunque todavía no haya salido el sol en Buenos Aires mientras escribo este post.

Cortito y al pie es sólo para contarles que Casa Chaucha está pensando en editar su libro, donde va a presentar una selección de 20 casas a las que se sumarán 5 casas que nunca se vieron en su página.

¡Me encantó la idea! me inspira y me encanta el espíritu emprendedor que la empuja. Y, como esto es contagioso, no quise dejar de traerla a mi blog.

Si mucha gente quiere su libro, lo hacen. Tan simple y colaborativo como eso.

Además me parece un ejemplo súper interesante del uso de las redes sociales para lograr convertir un proyecto individual, o de un grupo reducido, en un proyecto colectivo.

Me traje un fotograma del video que hicieron para explicar la iniciativa. ¡No dejen de verlo! Puede ir haciendo click acá


¡Que tengan un lindo día!
Julieta

martes, 9 de julio de 2013

Escalera fabulosa


Los diez y ocho escalones de la escalera que lleva a mi cuarto de la infancia, tienen en el frente estas mayólicas en relieve, de estilo español.
 
 
Las tengo vistas y bien memorizadas. Los colores, el brillo, el frío al tacto, las curvas de las M que también podrían ser elefantes dándose la espalda y las hojas entrelazadas. Tienen algo de árabes, y después de todo tiene sentido que sea así. Me gusta encontrar en la arquitectura y en el diseño rasgos de la influencia de una cultura en otra. Estas combinaciones forman nuevos estilos y costumbres, nuevas culturas al fin.
 
Y creo que este pensamiento que acabo de escribir está bastante inspirado en el hecho de que hoy, 9 de julio, en Argentina estamos celebrando el Día de la Independencia. Fue en 1816 que oficialmente dejamos de ser una colonia del Reino de España. Y casi doscientos años después, en las ciudades de Argentina uno encuentra influencia española, italiana y francesa, sobre todo, con sólo mirar hacia arriba y ver las cúpulas de los edificios, o al mirar las fachadas, o la forma en la que se fueron diagramando nuevas urbanizaciones. Esta es una de las cosas que más me gustan de Buenos Aires, donde vivo. Es la fachada pero también es la costumbre de frenar en un bar y compartir un café o hacerlo solo en compañía de un buen libro. Y los cafés de Buenos Aires merecen un post (o varios) aparte.  
 
Se me ocurrió buscar la foto de las mayólicas porque estoy pensando en nuestra propia escalera, que por ahora conduce al techo, pero que algún día desembocará en un estar cálido y luminoso con una biblioteca de pared a pared. (Sí, soñemos a lo grande que hace bien).  
 
Y así me acordé también de esta foto que hace unos años encontré googleando, -vaya uno a saber dónde- por eso no cito la fuente.
 
 
 
 
La vi y me fascinó. Me recuerdo diciendo: "algún día voy a tener una escalera así".
No sabía cuándo ni cómo iba a suceder, pero soñaba.
 
Y ahora resulta que tengo una escalera ¡y para decorar de cero! que por ahora luce así:
  
 
Fiel a mi estilo, ni bien la vi lo primero que hice fue contar los escalones.
 
¿Ya hicieron lo mismo?
 
Son diez y seis, pero creo que falta uno más que no se ve en la foto.
 
Todavía falta para pensar en los materiales, las texturas y los colores que tendrá, pero espero que la victoria me acompañe en la negociación con #marido. Hoy la haría blanca y azul, como la de la foto, porque amo esta combinación de colores. La quiero con azulejos pintados en el frente de cada escalón, para ir mirando cada noche cuando llegue la hora de dormir, como hice tantos años con las mayólicas de la infancia, camino a mi cuarto.

Besos