jueves, 16 de abril de 2015

Que todo llega

Este feliz post trata sobre el cambio de lugar de residencia, en el perfil del blog.

Un cambio que implicó una mudanza, con todo lo que eso significa, y que fue la más feliz de todas las que viví hasta ahora. Las ideas ya no son para mi futura casa, sino para la casa en la que duermo cada noche y me despierto cada día.

Hace casi un año y medio que nos mudamos, y sin embargo de a ratos todavía me siento como Drew Barrymore en Fifty first dates. Abro los ojos, tomo conciencia del lugar adonde estoy y sonrío cuando vuelvo a caer en la cuenta de que es mi realidad.

Mi casa es el lugar adonde más me gusta estar.

Puede que sea una obviedad para los ordenados por naturaleza -yo tengo que hacer un esfuerzo para no desordenar todo en diez minutos-, pero cuanto más organizados están los espacios, más inspirada me siento para hacer todo lo que quiero hacer. Cuando hay desorden, cuando sobran cajas, cuando hay objetos dando vueltas sin lugar fijo, ropa, papeles, diarios y revistas (y los últimos tres en mi caso parece que se multiplican solos), menos energía siento, más agotamiento, menos creatividad.
Por eso desde hace un tiempo estoy en plan de sacar todo lo que sobra, y lo que no sobra pero no se usa sigue el mismo rumbo.

Me gustan los espacios despojados, aunque me cuesta lograrlos. Creo que es una cuestión de práctica y que tiene que ver con aprender a renunciar. La sensación que siento después de hacer una buena limpieza y de clasificar qué se dona, qué se regala, qué se recicla y qué se desecha, tiene algo que ver con lo que siento después de correr. Debo liberar endorfinas.

Hay mucha compañía por estos lados. A la mañana vienen los horneros y los gorriones. A la tarde las calandrias que eligen la parrilla para picotear los restos que hayan quedado del asado. Los teros y las lechuzas; los patos, las gallaretas, las nutrias y las liebres; las golondrinas, los aguiluchos, las ranas, las chicharras y las luciérnagas, me hacen pensar que los visitantes por acá somos nosotros.

A lo lejos se escucha cada tanto la bocina del tren, a veces la sirena de los bomberos y algún auto. Pero de noche el sonido de fondo es el del campo, y manda el silencio.


Ponerla linda y empezar a reparar en los detalles tiene que ver con las ganas de habitar esta casa en la que a la mañana el sol entra por los ventanales del living el tiempo justo para entibiarla.

Y estoy aprendiendo que habitarla es mucho más que estar.
  




domingo, 5 de abril de 2015

Guirnalda de cápsulas (o cómo utilizar las luces navideñas en otros momentos del año)

Hacía meses que tenía las cápsulas de café limpias y guardadas en uno de los frascos de acrílico de la cocina; tanto que me había acostumbrado a verlas ahí, coloridas y delicadas, pero las había limpiado con la idea de hacer una guirnalda de luces para decorar la galería.

El festejo de cumpleaños de #marido fue el motivo que me faltaba para poner en práctica la idea, aunque terminé usándolas en la chimenea.

Lavarlas fue más fácil de lo que había pensado, porque la parte de abajo, la que se perfora para que salga el café, es blanda. Solo hay que tener un poco de paciencia para que el resultado sea prolijo.
Las limipié de a una con la ayuda de una cuchara. El café que fui sacando lo usé para el compost -una de las tantas obra de #marido- que tenemos en el jardín.

Con un destornillador chiquito agujereé el aluminio de las setenta que usé, que eran todas las que tenía.

Para poner manos a la obra quería comprar una pistola de calor para pegar el aluminio a las luces, hasta que me di cuenta de que podía hacerlo perfectamente sin que estuvieran pegadas y que quedaban bien igual. Incluso pienso que quedan mejor porque tienen  movimiento. 


Después de perforar una por una, pasé las luces por los agujeros. Estos no tienen que ser muy grandes para que la pantalla improvisada no se salga.




Mi guirnalda recibió muchos elogios.
A mí me encanta cómo quedó y sobre todo me gusta poder darle un uso nuevo a algo que iba a ir a la basura.
Las luces quedan mejor si no son led (que tiran al azul y dan más frías). Yo usé estas porque eran las que tenía.

¡Espero que les haya gustado la idea y que se animen a ponerla en práctica!

Feliz Pascua.

Juli