martes, 12 de abril de 2016

Algo de México

Este año tocaron vacaciones más allá de las fronteras. Salimos rumbo al norte, cruzamos el Ecuador y llegamos a Ciudad de México. Dicho así pareciera que fuimos en auto, pero no. Nos llevó Aeroméxico, hicimos escala y tomamos otro avión hasta Guadalajara.

Creo que nunca hubiéramos elegido esta ciudad como destino de vacaciones, pero la familia tira y siempre convoca así que armamos las valijas y nos embarcamos.



De fondo se ve la fachada del Palacio Municipal de Guadalajara, capital del estado de Jalisco. Se puede entrar, recorrer su museo, el patio y ver los murales. Vale la pena darse el gusto de hacerlo.

La influencia árabe es evidente en el centro de la ciudad. Se ve en las arcadas, en las columnas y en los patios internos de los edificios. En la página oficial de Jalisco descubrí que el origen del nombre de Guadalajara es árabe: proviene de Wad-al-Hidjara que significa "río que corre entre piedras" o "río pedregoso". La tercera y última fundación de la ciudad, que estuvo asentada en otros dos lugares antes de llegar al definitivo y actual, se remonta a 1542.




Todavía no estuve en el sur de España pero tengo visto el estilo arquitectónico. Iba pensando en eso y en que veía influencia árabe por todos lados, cuando me topé con esta foto y explicación en el museo del Palacio Municipal. 




Mini rancheros.


Catedral de Guadalajara.


Foto con mi hermana Flor sacada por marido en el monumento del escudo de la ciudad. 
¡Fin!