martes, 30 de mayo de 2017

Otoño con vos

Voy cayendo en el sueño y me veo. Caigo como la mezcla cruda del bizcochuelo en el molde. Líquida y lisa, como una cinta que por su peso se pliega una y otra vez sobre sí misma hasta fundirse en el todo. Acierto. Imagen reveladora de lo que siento. Me pliego y me repliego sobre mí, con vos pegado a mi cuerpo. Somos uno y sé que somos dos. Me potenciás y me creo capaz de todo, al tiempo que me hacés vulnerable como nunca antes jamás en mi vida nada ni nadie lo hizo.

Sigo cayendo pero todavía no duermo. De repente tengo insomnio a pesar de estar cansada, como si siguiera embarazada y mi cuerpo estuviera acostumbrándose a los que serían tus tiempos. Ahora me veo llena de agua. Hay espacio para las olas y el movimiento. El agua choca contra los límites de mi cuerpo desde adentro. No es el mar que me obnubila con su grandeza y me acecha con su profundidad. Que me cautiva tal vez porque le temo. Soy yo que soy líquida y fluyo. Con vos es fácil pulsar con el instante. Todavía no entendés qué es el futuro ¿y me pregunto si yo sí?, no te preocupa el mañana, te ocupa el instante, sos presente puro. Y apenas llorás, como si supieras que no es necesario para que mis ojos te miren y mis brazos te sostengan.



Y el mismo ser presente constante de a ratos choca con una cabeza acostumbrada a volar y proyectar. Y eso cansa. Porque acá no hay nada perfecto además del milagro de tu llegada. Uno solo hace lugar y aprende, con suerte, a ser mejor persona, una versión mejorada de sí mismo.

Y no quiero que crezcas rápido, ni quiero que ya sepas dormir de corrido en tu cuna, ni quiero que seas un bebé toda la vida. No me siento menos libre por tener que cuidar de vos. Porque todo pasa, todo fluye, todo sigue su curso, y esto también pasará. Las noches de sueño entrecortado, los días con horas que vuelan con la sensación errada de no haber hecho nada, las mañanas calentitas que empiezan con una sonrisa y ojos achinados pero muy despiertos, las pataditas de felicidad con las que sabés destaparte y cada uno de tus ruidos que voy a prendiendo a decodificar.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario